Está ampliamente establecido que la diabetes tipo 2 tiene anomalías en la sensibilidad y secreción de insulina periférica. Los medicamentos de sulfonilurea (SU), la primera terapia enfocada en la secreción inadecuada de insulina, se usan actualmente para tratar la disfunción de las células β. Sin embargo, debido a que estas sustancias estimulan la producción de insulina independientemente del azúcar en la sangre, pueden provocar hipoglucemia. Además, la capacidad de las sulfonilureas para desencadenar la secreción de insulina disminuye con el tiempo, tal vez reflejando una disminución en la actividad de las células β. Estos factores resaltan la necesidad de nuevas investigaciones terapéuticas para abordar el componente del defecto de las células β de la diabetes tipo 2.
Las características mencionadas anteriormente del GLP-1, como la estimulación de la secreción de insulina de manera dependiente de la glucosa y el aumento de la masa de células β, junto con la inhibición de la secreción de glucagón y la ingesta de alimentos, implican que mejoraría significativamente la β existente. -terapias celulares. Mediante inyección intravenosa y subcutánea, se ha demostrado en estudios que el GLP-1 mejora el control glucémico general en pacientes con diabetes al promover la producción de insulina, prevenir el vaciado del estómago, reducir el glucagón circulante e inhibir el vaciado gástrico.
La terapia con GLP-1 tiene dos limitaciones principales: cómo se administra mediante inyección y qué tan rápido se desactiva en el torrente sanguíneo. Se han utilizado dos métodos eficaces para resolver el problema de la inactivación rápida. El primero involucra la creación y aplicación de análogos de GLP-1 que son resistentes a la escisión proteolítica mediada por dipeptidil peptidasa IV (DP-IV). Muchas empresas farmacéuticas están probando sus análogos de GLP-1 en varios modelos, incluidas personas. La segunda táctica consiste en inhibir directamente la enzima DP-IV. Se ha demostrado que la inhibición de DP-IV prolonga los efectos de GLP-1, mejora la glucemia en modelos diabéticos y pospone la aparición de diabetes.
A pesar del potencial de ambos enfoques, todavía existen algunos desafíos. Esta enzima escinde varios péptidos biológicamente activos con diversas actividades biológicas, como el glucagón, el péptido intestinal vasoactivo, el polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa, el neuropéptido Y y la sustancia P. Por ejemplo, no está claro qué efectos a largo plazo tendría tal terapia.
Es poco probable que la terapia con GLP-1 sea ampliamente aceptada en la comunidad diabética si se dispone de medicamentos orales eficaces. Pero en última instancia, se espera que se cree una molécula diminuta con algunas o todas las características del GLP-1 nativo. Comprender cómo el GLP-1 regula la secreción de insulina puede ayudar con este proceso.